sábado, 21 de agosto de 2010

Reseña de La cúpula, de Stephen King – Para los que SI lo han leído. (PARTE 2)


En esta segunda parte voy a centrarme en los aspectos que, en mi opinión, han hecho que La cúpula no escale posiciones en la vasta bibliografía de Stephen King y que, lamentablemente para los que habíamos depositado expectativas —quizás excesivas— en ella, se sitúe en el tercio medio de las obras de este autor. La cúpula pudo ser un libro grandioso que debe conformarse con ser bueno.

Les recuerdo a todos que destriparé el argumento, de manera que aquellos que aun no han leído la novela, abstenerse de lo que sigue.

Me costó mucho llegar a determinar con precisión las razones por las que sentí que esta novela no consiguió sacar todo el potencial que el planteamiento inicial prometía. Es que King tiene la capacidad de crear personajes y hacerlos interactuar de manera brillante, y de eso se trata en gran medida La cúpula; acompañarlos página tras página resulta subyugante y placentero. La lectura se disfruta, y mucho. Queremos seguir leyendo. Con cúpula o sin ella, los pobladores de Chester Mills no son bidimensionales, creaciones estereotipadas sin sustancia, sino bien reales. ¿Cómo resistirse a saber más de, por ejemplo, la desdichada Sammy Bushey? Esta joven con su pasado de torturadora de muñecas, sola con su hijo pequeño, que debe soportar el maltrato de la policía y llegar al hospital en una caminata que casi termina con su vida. Y esa es la sensación ambigua que me produjo la lectura, por un lado me entretuvo mucho, quería seguir conociendo a toda esta gente, pero por el otro... ¿y la cúpula?

La cuestión que sintetiza la falencia de esta historia es la siguiente: El impacto que la cúpula causa en los pobladores no es excesivo. Alguien dirá: “¡¿Cómo que no es excesivo?! ¡Nadie puede entrar o salir!” Es cierto, pero la permeabilidad de información y el poco tiempo transcurrido entre el inicio hasta el desenlace, hacen que los conflictos derivados no tengan mucho que ver con todo el potencial que una situación de aislamiento posee. Pensemos en qué hubiera pasado en CUJO, si King nos hubiera narrado sólo las primeras dos horas dentro del Ford Pinto. Seguramente Donna y Tad no se hubieran deshidratado ni pasado las vicisitudes que debieron atravesar. Claro, Stephen hubiera conseguido contarnos cosas interesantes de ellos, y el terror ante el San Bernardo enfurecido se hubiera hecho presente, pero, de nuevo, el aislamiento no hubiera dado lo máximo de sí.

King elige contarnos los primeros días de esta cúpula, y lo que consigue es que los conflictos que atañen a los personajes tengan que ver con turbios manejos políticos, excesos policiales, manifestaciones populares, abusos de autoridad... es decir, nada que no suceda en una ciudad sin un campo de fuerza que la rodee. Ninguna situación de desabastecimiento (de combustible, de gasolina, de propano, de alimento) llega a ser de peso y crítica. Tengo la sensación de que, con algunos ajustes, la misma historia de estos personajes podría haber tenido lugar sin cúpula.

Esta baja injerencia de la cúpula —por llamarla de alguna manera—, cambia en las últimas 150 páginas, con la explosión y la falta de oxígeno. Y aquí SK se redime. Pero es sólo el desenlace.

Dicho lo anterior, vamos a puntualizar estos “puntos bajos”. Los dos primeros son a mi criterio los más importantes.

Comunicación con el exterior

Me desconcertó que King permitiera que la cúpula fuera permeable a las ondas electromagnéticas exteriores, y que los ciudadanos de Chester Mills pudieran ver televisión y comunicarse con el exterior por medio de móviles. Parece algo menor, porque de hecho no se hace demasiado hincapié a lo que el “resto del mundo” dice de esta cúpula (lo cual me parece bien). Pero para mí es crucial por una cosa. Los manejos de Big Jim para manipular a la población resultan muy poco creíbles, y sólo cabría aceptar que los habitantes los creyeran sólo basados en, quizás, cierto carácter crédulo típico de un pueblo pequeño, o al desconocimiento producto del aislamiento. Veamos la situación con frialdad: El presidente Obama ha designado a Dale Barbara para conducir las cosas dentro de la cúpula. Esto lo ha hecho en pleno conocimiento de lo que sucede dentro, pues está claro que hay comunicaciones. La maniobra de Big Jim consiste en encerrarlo en prisión por cuatro asesinatos —cuyos cuerpos nadie ha visto— porque una identificación de Barbara estaba en uno de los cadáveres... Big Jim puede creer que sus maniobras políticas son inteligentes (cuando en realidad no lo son) pero... ¿y el resto? Esto es relevante porque los manejos de Big Jim ocupan buena parte de la novela.

Vivencias de los personajes/conflictos

Lo dicho antes: no explotan la situación de aislamiento. Los excesos policiales o la violación son despuntes de algo que podría haber dado para muchísimo más. Durante mil páginas Chester Mills se sigue manejando más o menos como una ciudad “abierta”. Insisto en que los personajes son magníficos, pero me hubiera encantado verlos en otro tipo de problemas, como ocurre al final. Está claro que, para conseguir esto, King debería haber hecho saltos temporales, y en lo personal me hubiera gustado sólo uno a la mitad.

La conformación de “la cúpula”

Este es un detalle menor, pero me disgustó sobremanera. La cúpula tiene en realidad forma de bota; la forma exacta de la ciudad, para que la encierre perfectamente. Está claro que cuando King describía el incidente inicial “justo” en la frontera, no tenía ni idea del final de la historia. Como el se ha encargado de decir más de una vez: cuando escribe no planifica hacia adelante, menos el final. Sin embargo, sabiendo que la cúpula resulta ser un juego de niños extraterrestres, que imagino les importarán un rábano las fronteras de una ciudad diminuta, ¿no debió cambiarlo? El autor dice en algún momento que por tratarse de una forma caprichosa, la cúpula debe tener que ver con el hombre. Les concedo una cosa: lo ridículo del final exime de cualquier análisis serio.

Dale Barbara, el “héroe”

Esto debe ser una especie de record: el personaje principal tiene una injerencia nula. Primero, tras ser nombrado responsable para encontrar la fuente del campo de fuerza, se dedica a cocinar como si nada; después es capturado y se la pasa en la cárcel —esta no es su culpa, claro que no—y cuando sale, ni siquiera la idea de regresar a la fuente es suya. Hasta el borracho del pueblo piensa en los neumáticos antes que él. Dejando las ironías de lado, me hubiera gustado una participación activa de este personaje, con un impacto más resuelto en la trama, especialmente durante su estadía en la cárcel, que resulta excesiva en tiempo.

Tecnología

Está claro que King no es un autor al que le interese ser puntilloso con estas cuestiones, y en esta novela se mete con algunas “explicaciones”, a mi modo de ver, con el pie izquierdo. Que la forma de la cúpula sea en realidad una bota y termine siendo el resultado de un juego extraterrestre (por más que es posible, no lo niego) habla de la poca atención dedicada al asunto. El cordón de radiación alrededor de la fuente tampoco tiene mucho sentido, por no decir ninguno. En determinado momento incluso es luminoso, otra contradicción con el propósito aparente. Stephen nos tiene acostumbrados a que las explicaciones en sus novelas son cualquier cosa menos científicas (o lógicas), y está bien, pero aquí lo hace con una liviandad que incomoda un poco. ¿Son comunes los generadores de Propano en Chester Mills? Parece que sí. MUY comunes. ¿Y los de gasolina? ¿No hay ninguno? Julia coloca ediciones de su periódico en las esquinas pero, ¿y el correo electrónico o la televisión? Son cuestiones no menores que los personajes debieron preguntarse en algún momento. ¿Cuánta gente tiene energía y ve la tele, y cuanta de esa gente habla con otras personas? ¿Y la radio? Supongo que todos los habitantes tienen acceso a unas pilas y una radio. La lógica indica que Julia podría haber enviado un email al exterior y desde allí la televisión informaría la verdad junto con alguna emisora de radio, o varias. La población debía estar al corriente de todo cuanto sucede en Chester Mills, y no cegada ante las maniobras previsibles de Big Jim. Stephen no explora estas opciones. Prefiere que todos los habitantes estén pendientes —¡Viendo por televisión y por internet!— cómo un misil (que sabemos no hará nada) impacta en la cúpula, pero al parecer no se pueden usar esos mismos canales para informar exactamente lo que sucede y abrirle los ojos a la población —si acaso no es capaz de abrirlos por sí sola.

Dos de las historias que a mí personalmente más me cautivaron —de las muchas que tienen lugar en la novela—son la de Sammy Bushey y la de Junior Rennie. Una es la historia de una madre soltera acosada por fantasmas y problemas; la otra es la de un hombre con un tumor cerebral que, simplemente, ha enloquecido al punto de convivir con dos cadáveres a los que considera “sus novias”. Ninguna tiene mucho que ver con una cúpula que ha encerrado a un pueblo. Ambas son perfectamente posibles en otro contexto, y eso creo que dice mucho.

La cúpula me gustó. Me gustó bastante, de hecho. Pero el libro que Stephen King podría haber escrito me hubiera fascinado. Quizás el manuscrito que empezó en 1981, que llevaba por título “Los Caníbales” y que fue el primer intento de escribir esta novela, sí era ese otro libro fascinante. Quién sabe.

8 comentarios:

  1. sabes usar el tag
    ****************SPOILER******************
    que aunque digas para los que lo han o no leido... como es un blog no diste la suficiente infomracion mencionando que para los que lo han leido vas a hablar DEL MALDITO FINAL!!!!!!!!!!!!
    gracias, ahora sin tocar el libro se que es de extraterrestres como dreamcatcher...
    mas cuidado para la proxima POR FAVOR

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  2. Muy buena la reseña. Yo sí me di cuenta de que podría haber spoilers (soy una chica muy lista :-D), y aunque no he leído el libro todavía, leí la reseña bajo mi propio riesgo. Me da igual enterarme del final; en los libros de SK, a menudo es más importante el viaje que el destino.

    En fin, yo también escribo y JAMÁS he seguido el consejo de SK de no planificar las historias, para no cometer el tipo de errores que señalas (o para no extenderme con asuntos sin importancia; creo que a "Saco de huesos" le sobraba buena parte de la primera mitad). Quizás sea por eso que SK le acierta mejor cuando cuenta las historias individuales, como en "Tommyknockers" (otro disparate sobre extraterrestres, pero las historias individuales están buenísimas). Es una pena que "La cúpula" no esté al nivel de "Apocalipsis" :-/ Supongo que entonces tampoco estará al nivel de "La tienda", que es otro de mis favoritos...

    Lo voy a leer, sin embargo, aunque esperaré la (gruesa) edición de bolsillo.

    Saludos desde Uruguay,

    G.

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  3. Hola Gissel,

    Gracias por tu comentario.
    Escribir sin planificar tiene la ventaja de revelar la trama de un modo fiel, pero además, y aquí es donde King le saca el jugo al máximo, de que los personajes razonen y actuen en función de lo que ha pasado (y no de lo que pasará). Si tenemos una ruta trazada, la impericia o la tentación pueden hacer que forcemos a nuestro rebaño de creaciones a seguirla.
    Claro que, el riesgo de esta manera de escribir es que en el final algunas piezas no calcen y sea necesario regresar y acomodarlas. Tampoco se trata de lanzarse a escribir sin ningún tipo de lineamientos.
    Te cuento que yo adhiero a esta manera de escribir. Quizás le dedique alguna entrada al tema, es interesante.

    Por cierto, te he invitado al FB, donde he visto que tenemos algunos amigos en común.

    Saludos,

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  4. Ya acepté la invitación en FB, Federico :-) Gracias.

    Pues quizás deberías dedicarle alguna entrada al tema de la planificación o no planificación. Yo lo he discutido mucho con mis compañeros de foro (http://saladeescritores.foroactivo.com/). El mayor problema que he detectado no es que haya que volver atrás y rectificar cosas al principio; el mayor problema es que muchos se quedan sin combustible en la mitad de la novela porque se han metido en un lío del que no saben cómo salir :-D (solía pasarme antes de empezar a planificar). Incluso SK reconoció que casi le pasa eso en la mitad de "Apocalipsis". Pero sí, planificando se corre el riesgo de tratar a los personajes como un rebaño (¡beeeee!). El truco es dejar un pequeño margen en el plan para comportamientos inesperados :-D Pero si uno planea la historia dejando que los personajes "sugieran" las cosas que deberían pasar, es raro (al menos en mi caso) que en la mitad de la historia aparezcan ideas que se salgan totalmente de lo planeado.

    De todas maneras, cada escritor debe escribir como mejor le salga, ¿no? :-D

    G.

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  5. Hola, Federico.
    Interesante la reseña de La Cúpula. Bastante de acuerdo contigo. Ahora mismo he leído la mitad del libro (el siguiente es el tuyo, que ya lo tengo preparado...) y lo único que puedo deciros es que no me engancha. He visto desde facebook el blog y he leído los comentarios para comprobar si soy la única persona a la que le pasa. Creo que, después de haber leído todos las novelas de King y, salvo algunos pasajes de La Torre Oscura que se me hicieron un poco difíciles de pasar, es la primera vez que me ocurre.
    Estoy de acuerdo con el último parrafo, pero yo seré más radical: si el libro hubiera sido escrito en la época en que lo comenzó, sería fascinante.
    Un saludo,

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  6. Richard, bienvenido al blog. Yo también creo que el libro hubiera sido mejor, para serte sincero, pero la jerarquía de King y el respeto que le tengo como autor amerita ese “quizás”. A mí me han gustado mucho sus últimas novelas, así que no soy de los que sostiene que su calidad está en declive. Este es un libro especial, porque tuve la suerte de ver a King presentándolo y que me lo firmara delante mío... quizás mis expectativas fueron excesivas.
    A ver qué tal te trata BENJAMIN. Pásate por aquí o por el Facebook para contarme.
    Un abrazo!

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  7. Hola Federico.
    Es la primera vez que comento aquí. Coincido contigo en que, cuando escribo, planificar demasiado hacia delante provoca que a veces los personajes no actúen según lo que ocurre, sino según lo que va a ocurrir. Prefiero el método King. Obvio, como comentas, siempre hay que tener cierta planificación, pero en mi caso, son unas líneas.
    También quería comentar otra cosa. En muchos blogs he leído que la gente critica de La Cúpula que "parece que la gente de Chester Mill no piensa porque se tragan todo lo que dice Big Jim Rennie".
    Personalemte no creo que sea así. Ese argumento serían tan poco realista como decir que en la Alemania de antes de la guerra todos eran nazis o nadie pensaba por si mismo. Creo que, en aquella ocasión, y como en tantas otras a lo largo de la Historia de la Humanidad, y así mismo en La Cúpula, no es el resto de la gente la que importa. Muchas veces, lo que dice quien está en el poder es lo que acabará haciéndose. Ellos tienen el poder, ellos tienen las armas. Muchas veces, la gente prefiere quedarse en casa, o sentarse y mirar hacia otro lado, o hacer como que no ven y oyen lo que está mal, o simplemente discutirlo en la mesa del bar pero después acatar lo que te imponen. Ni siquiera hay que remontarse a la alemania nazi para darse cuenta de que es muy sencillos que afloren los sistemas dictatoriales. Máxime en situaciones de presión.
    Creo que en Chesters Mill hay un grupo que se une a las SS de Big Jim Rennie. Hay otro grupo que intenta combatirlas. Y después está el resto de la población. Yo he visto peleas en la calle y gente pasando al lado y mirando hacia otro lado. La mayoría de la gente no se involucra a menos que sea absolutamente necesario... y eso es lo que ocurre en Chester Mill.
    Vamos, es mi opinión.

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  8. Hola Hopewell,
    Un gusto tenerte por aquí y un placer leer tu opinión. Yo soy de los que dicen esa frase que has citado, pero no quiero contradecir tu razonamiento, que bien has expresado. Celebro el disenso :)
    De lo que dices al principio acerca de la planificación a la hora de escribir, en unos minutos colgaré una entrada al respecto.
    Gracias por el comentario.
    Un abrazo.

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